¿ERES "NOPUEDITA"?

¡Vaya término! Lo siento, o tal vez no, no obstante, es el palabro que me ha surgido en la mente para describir determinado tipo de conductas, hábitos y actitudes. ¿Seremos "nopueditas"? ¿Qué significa? Bien, el propósito es lo que verdaderamente importa, mucho más allá de la palabra en sí.

El objetivo es definir las características de un tipo de personas que, o bien en un determinado momento de sus vidas, o bien como norma general (regla con la que circulan a diario por la autovía de la vida), piensan, actúan, y lo que es peor, sienten que no pueden; que no pueden hacer algo, que no pueden estudiar determinada asignatura; que no pueden aprender determinadas cosas; que no pueden fijarse determinadas metas; que no pueden aspirar a más de lo que son; en definitiva, ante las diversas perspectivas que se le ofrecen, su respuesta es "NO PUEDO". 

Esta palabra esconde mucho más que un simple no hacer, esconde un conformismo con su situación, una dejación de la propia voluntad de ejercer la responsabilidad de ser libres y dar un propósito a su vida, están demasiado cómodos en la famosa "zona de confort", en su poltrona modelo NO PUEDO. Tal vez sea más fácil dejarse llevar, esperar a que "la cosa" cambie, a que me encuentre con ganas, a que hoy salga el sol, a que las puertas estén abiertas; eso sí, portando conmigo toda esa mochila de prejuicios y creencias que vomito a diario desde mi poltrona para justificar mi situación.

En este punto, todos y cada uno de nosotros haríamos bien en empezar a preguntarnos en qué momento, personal o profesional, hemos actuado de esa manera, o nos hemos encontrado con alguien que abandera el "nopuedismo". Si nos adentramos en los códigos de comportamiento y en la actitud que adoptan este tipo de personas, podemos llegar a distinguir dos variedades de "poltroneros modelo no puedo", el "nopuedita" directo y el "nopuedita" indirecto.

El "nopuedita" directo es identificable en base a su capacidad para justificar sus no puedo en relación con sus supuestas incapacidades físicas (alguna dolencia física, alguna enfermedad crónica, o su cuerpo está limitado para la actividad física) y sus supuestas incapacidades mentales (para el aprendizaje, generalmente). Suelen utilizar expresiones tales como: "correr es de cobardes", "es que soy de letras", "a mí los números no se me han dado nunca bien", "cuando yo quiera pierdo los kilos que me sobran", "tengo alergia y la naturaleza me provoca picores y tos", y un larguísimo etcétera de excusas bien pensadas.

El "nopuedita" indirecto, en cambio, justifica sus no puedo en base a circunstancias ajenas a él, su incapacidad se debe a que el universo conspira para que su única opción sea estar en su "poltrona modelo no puedo". Sus expresiones favoritas son: "no soy pesimista, soy realista", "quien no tiene padrino no se bautiza", "es que no tengo suerte", "mal de muchos, consuelo de tontos", "como esta la cosa, dónde voy a ir yo". Para este tipo de persona, las opciones se limitan a sí o no, a blanco o negro, a todo o nada, y en base a ello, el universo conspira para que la opción que escoja sea la perdedora.

Esta actitud y este tipo de comportamientos suele reflejar una baja autoestima, una falta de motivación, una falta de compromiso para consigo mismo, una falta de propósito, de motor de arranque y objetivos alineados con su sentir. Si te sientes identificado/a en alguno de los citados comportamientos, empieza a trabajar tu autoestima, tu nivel de confianza, cuáles son tus propósitos, revisa tus hábitos y tu actitud en lo privado y en lo público. El secreto para dejar de ser "nopuedita" reside en cuidarse, en creer en tus posibilidades desde la sinceridad contigo mismo, en plantearte un objetivo, ver las distintas opciones para acceder a él y crear un plan de acción que, por supuesto, luego cumplas. 

Pregúntate: ¿Quién puede vivir mi vida? ¿Soy amable conmigo mismo? ¿Estoy donde quiero estar? ¿Qué hago cada día para mejorar mi situación? ¿Doy pasos teniendo claro mi destino (me refiero a un lugar, una profesión, un deporte,..)? Y la última pregunta, ¿soy consciente que puedo realizar aquello que verdaderamente me proponga?

A currar.

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