MARCO DEL DESARROLLO PERSONAL EN ENFOQUES DE TRABAJO POR COMPETENCIAS

Hoy, transcurridos varios meses desde que comencé en este proyecto, dedicado al cambio de hábitos de vida y mejora de la empleabilidad a través de un enfoque basado en el desarrollo de las competencias personales y profesionales, habiendo deambulado por varias etapas, como las de creación del equipo de alto desempeño y el diseño del modelo, realizo una parada de reflexión. Han sido meses de arduo trabajo, en que ha habido días de motivación y otros de frustración, días en que el equipo navegaba con el mismo rumbo y días en que cada integrante del equipo miraba hacia un punto distinto y sin capacidad de consenso; no obstante, salvados los obstáculos, estamos en la fase de puesta en marcha del nuevo modelo de intervención, procedimentado en todas sus partes, rígido en cuanto a su objetivo y flexible en lo referente a modificar y mejorar aquellos aspectos susceptibles de ello.

Origen del trabajo por competencias

Nuestro objetivo consiste en el entrenamiento personal y competencial para la inserción sociolaboral, y para ello hemos tenido que colocarnos en el origen del trabajo por competencias, cómo surge esta necesidad y para qué es importante identificar y desarrollar las competencias, tanto a nivel profesional como personal.
El origen del trabajo por competencias hay que buscarlo en los Estados Unidos y la necesidad de su gobierno, a principios de la década de los 70, de conocer la causa por la que la labor de sus diplomáticos obtenía tan diversos resultados, si la formación que todos habían recibido era la misma. Fue David McClelland, profesor de la Universidad de Harvard, quien investigó para identificar las variables que permitieran explicar el desempeño en el trabajo. Logró confeccionar un marco de características que diferenciaba los niveles de rendimiento de trabajadores a partir de una serie de entrevistas y observaciones. La forma en que describió tales factores se centró más en las características y comportamientos de las personas que desempeñaban los empleos que en las tradicionales descripciones de tareas y atributos de los puestos de trabajo (Isabel Valencia Martín, Gestora del Cambio en Accenture, extraído del libro "Gestión del Talento" de Pilar Jericó).

Qué 

Por tanto, podríamos decir que las competencias son un conjunto de características propias del individuo (habilidades, conocimientos, actitudes, creencias valores, etc.), que pueden ser desarrolladas, que son tangibles (es decir, perceptibles a través de nuestra conducta y nuestro comportamiento), y que se relacionan directamente con el desempeño en el puesto de trabajo de una manera exitosa.
En este sentido, el modelo de trabajo que hemos desarrollado se basa en el entrenamiento de esos comportamientos observables a través de unas sesiones de trabajo muy dinámicas, que nos permiten detectar las modificaciones en los hábitos de comportamiento y en la conducta. No obstante, realizamos una evaluación inicial para conocer el punto de partida de cada persona usuaria, así como una evaluación final para certificar la adquisición o mejora en los niveles competenciales marcados en su itinerario individual.

Marco de desarrollo personal

Bien, ¿cómo encuadramos el marco de desarrollo personal en nuestro programa? Para ello es importante definir brevemente en qué consiste y qué implica su trabajo. Podemos definir el desarrollo personal como un proceso de crecimiento en que potenciamos nuestras habilidades y mejoramos / adquirimos estrategias y herramientas que nos permiten afrontar las diversas circunstancias que se nos presentan tanto a nivel personal como profesional. Ello implica el establecimiento de un compromiso personal con el autoconocimiento, con la autoestima, la autoconfianza, la capacidad de desarrollar estrategias que nos permitan crear circunstancias que nos acerquen a nuestros objetivos personales y profesionales; en definitiva, a ser personas libres, con todo lo que ello implica.

Cómo

En el engranaje que supone el entrenamiento competencial para la mejora de la empleabilidad, este desarrollo personal queda incluido en la fase inicial; antes de iniciar cualquier trabajo que suponga cambios de hábito o de comportamiento, es necesario pararse a reflexionar sobre nuestros valores, nuestra motivación, la actitud con la que afrontamos nuestro propósito, sobre todo eso, marcarse un propósito tangible, realista, definido en el tiempo, medible y específico.
Por ello es importante empezar a trabajar la mejora de las competencias desde el desarrollo personal, para hacernos conscientes del tipo de observador que somos, es decir, para conocer qué mecanismos utilizamos a la hora de interpretar las situaciones que vivimos a diario, qué actitudes o comportamientos nos limitan y cuáles nos empoderan y nos dinamizan; desde ahí podemos centrarnos, focalizarnos en un propósito, e incluso descubrir cuál es el nuestro.

Si a este trabajo inicial le sumamos el entrenamiento personal y profesional basado en el enfoque competencial, el sumando que falta a esta fórmula es desarrollar la estrategia más adecuada para alcanzar nuestros propósitos, ya sean personales o profesionales.

Hoy, para finalizar, me sumo a la iniciativa de David Barreda e incluyo vídeo, WE WILL ROCK YOU


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