¿ERRORES DE CONCEPTO?

¿Qué tipo de personas estamos educando? Esta pregunta me la hago cada día, siendo padre de una niña de cinco años y esperando el nacimiento de un niño. Creo que hemos confundido recursos materiales con recursos personales; hemos creído que la tecnología haría de nosotros mejores personas, al poder disfrutar de más tiempo, y se ha convertido en la razón de nuestra esclavitud. Peor aún, hemos dejado de ostentar nuestro papel de sabios como padres y madres, para concederle ese honor a Google (conozco alguna persona que lo llama San Google).

Errores de concepto; manejamos tal cantidad de información a diario, que hemos dejado de focalizar y aceptamos la primera acepción que encontramos en la red, sin contrastar la fuente. Ya lo decía Aldous Huxley, los poderes fácticos nos llenarán de información, la mayoría inútil, para camuflar la verdaderamente importante; más grave aún, ni siquiera llegamos a contrastar lo que recibimos por la pantalla, tomándolo como verdad absoluta. Hemos perdido capacidad reflexiva y crítica, ya no somos capaces de construir nuestros propios argumentos, los tomamos de algo que hemos leído por ahí, en la red.

Me gustaría repasar algunas de esas acepciones, de esos entendimientos que tenemos acerca del día a día:
Entendemos solidaridad como la donación de dinero por parte de algún deportista de élite, y no a la persona que se levanta cada día para ir a un comedor social a repartir comida, o viajar a un lugar necesitado a ayudar con la fuerza de sus manos.
Entendemos fenómeno sociológico como el encierro de varios jóvenes de ambos sexos en una casa con múltiples cámaras, y no el movimiento diario de personas que están en la calle manifestándose por una sociedad más justa e igualitaria.
Entendemos el juego como estar sentado frente a una pantalla con mandos, y no estar en la calle con otros niños y otras niñas, compartiendo, dando, recibiendo, soltando energía.
Entendemos socializar como tener muchos amigos en redes sociales, y no salir a la calle y conversar con amistades, mirándose a los ojos, dando nuestro hombro, cogiendo su mano.
Entendemos conversar como una charla de whatsapp, y no una mesa, varias sillas y café con seres queridos, con compañeras y compañeros de trabajo, de estudios.
Entendemos la educación como el lugar en el que me forman para tener un buen puesto de trabajo, y no como el lugar donde aprendo a construirme como persona para ser feliz en mi vida.
Entendemos la diversión como beber hasta el límite y más allá, y no salir con amigas y amigos a bailar, a ver una película, a la playa, etc.
Entendemos ligar como encontrar una persona con la que irme rápidamente al catre, y no como el encuentro entre dos personas que se sienten atraídas la una por la otra y quieren conocerse mejor.
Entendemos el respeto como el límite que impongo a los demás, y no como el hecho de escuchar otras opiniones y entender que tienen todo el derecho a tenerlas, siempre y cuando no perjudiquen la libertad de otros.
Entendemos el amor como algo que igual que viene se va, aún hayan transcurrido varios años e hijos, y no el acto de dar sin esperar a recibir, de dar todo lo mejor de nosotros sin esperar nada a cambio, de entender que no anula, sino que suma, que ahora son dos caminos paralelos que deciden acompañarse mutuamente.

Hoy nos preguntamos cómo es posible que un país vote contra la firma de un tratado de paz, cómo un país vota y elige como presidente a una persona intolerante e irrespetuosa, cómo un país que conforma una de las principales potencias económicas decide salir de un "supuesto" espacio común de crecimiento y desarrollo; la respuesta puede ser tan sencilla como haber equivocado los conceptos, los métodos de enseñanza, las formas de presentar las ideas, o tal vez hemos errado el concepto de vivir.
Hemos aprendido que tener estudios te lleva al éxito, y no hemos triunfado (o no hemos entendido el significado real de la plabra éxito); hemos entendido que en democracia el Estado protege a todos sus ciudadanos, y es falso; hemos adoptado la postura fácil de patalear sentados en el sofá de nuestra casa, y bajito, y eso no hace que se nos oiga; hemos aceptado la corrupción, la desigualdad y la injusticia como algo normal, y no lo es.

Probablemente mis definiciones no estén completas, estén faltas de significado, no obstante, es mi manera de entender la vida, de estar presente en el día a día, y siento la necesidad de dar a conocer mis consideraciones al respecto:
- Educar hijos e hijas es darles herramientas suficientes para que, por sí mismos, sean capaces de construir su felicidad.
- Respetar es aceptar que existen otras visiones de la realidad, que pueden ser igualmente válidas, y no pasa absolutamente nada.
- Amar es dar sin esperar, escuchar, acompañar, estar presente, apoyar, no juzgar, ser.
- Jugar es diversión, es compartir, es reir, y más importante, no tiene edad, aunque llegamos a la edad adulta y nos olvidamos de ello.
- Liderar es ser honesto, humilde, sencillo, sincero, apoyar, coordinar, entender las diferencias e integrarlas, guiar.
- Hacer política es prestar un servicio público con el único objetivo de hacer felices a los demás.
- Informar es presentar de manera objetiva una situación, presentando las distintas perspectivas posibles, sin crear opinión, dejando al receptor la labor de pensar y reflexionar sobre lo informado.
- Enseñar es el ejecicio de aprender a aprender, de dar lo mejor para que los demás vean sus propias virtudes.
- Ser inteligente es ser capaz de observar sin jugzar.
- Ser sabio es ser capaz de entender a todo el mundo y de hacerse entender.
- Vivir es estar presente, aquí y ahora, sintiendo plenamente lo que sucede a nuestro alrededor, aceptando las circunstancias y actuando en alineación con lo que sentimos y pensamos.


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