LIDERAZGO Y EMPRENDIMIENTO CONSCIENTE

Hoy traigo a este post un artículo que publiqué en 2013, con el que sigo alineado en muchas cosas, aunque en otras no. Para empezar, en él establezco un decálogo de características de un emprendedor; a día de hoy no escribiría una lista de recetas y medicinas que hay que tomar o medidas a adoptar para alcanzar nuestros objetivos, pues éstas son válidas para la persona que las escribe, en las circunstancias que las ha escrito y con una serie de valores personales e intransferibles. Además, para todo, absolutamente para todo, buscamos consejos, listas de qué hacer, tutoriales, etc., que en muchas ocasiones no nos llevan a alcanzar nuestras metas, en unas cosas, porque las adoptamos sin convicción, y en otras, porque así evadimos nuestra responsabilidad en las acciones que acometemos (es más fácil culpar a la lista por no ser cierta, aunque los acertados no seamos nosotros).

No obstante, sí considero que para liderar un grupo, un equipo, un aula, un gobierno, hay que tener en consideración lo dicho en el artículo, y hablo de liderar porque un emprendedor es un líder, y todos somos emprendedores, cada día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos; somos líderes de nuestra vida, y cuando decidimos dejarnos llevar por otros, hemos ejecutado una decisión propia; cuando callamos nuestro dolor, cuando nos quejamos, cuando amamos, cuando nos enfadamos, cuando reimos, cuando lloramos,... son decisiones que de manera consciente o inconsciente hemos tomado. Vivimos una vida tan condicionada, que somos marionetas de nuestras creencias y paradigmas, y sólo en ocasiones somos capaces de ver el hilo que nos mueve, y más allá, aún viéndolo hay quien decide no hacer nada y hay quien corta ese hilo y da libertad a su ser.

¿Qué tal si lo aplicamos en la enseñanza? ¿Y si los / las docentes ponen en práctica este modelo de liderazgo? ¿Y si enseñamos este modelo de líder en el aula?

Por ello he decidido transcribir el artículo tal cual lo pensé en su día, y abrir un espacio para la reflexión y el debate. Sin más, os dejo con la lectura del mismo.


EMPRENDIMIENTO CONSCIENTE

La actual situación económica que estamos atravesando empieza  a crear una nueva necesidad (o no tan nueva) en las empresas, cambiar de paradigma. A pesar de las evidencias patentes en la estructura organizacional de las mismas, sigue existiendo una gran resistencia al cambio; pero esta resistencia no es exclusiva del empresario, sino que el trabajador también se niega a abandonar su papel de asalariado o candidato a un puesto de trabajo para convertirse en un profesional que presta sus servicios a una determinada empresa, la cual obtiene un beneficio de su contratación y le devuelve una remuneración. Hace falta un espítiru emprendedor en ambas partes.

Existe aquí un pequeño obstáculo, y son los adjetivos que se suelen utilizar para definir a un/a emprendedor/a, tales como: valiente, arriesgado, soñador, idealista, aventurero, o carismático, entre otros. No voy a afirmar que sean exagerados, pues, tal vez, haya algún emprendedor o emprendedora que reúna esas características de superhéroe, sin embargo, me concedo el permiso y la autoridad de afirmar que en una sociedad, la española, que en una escala 0 - 10 mide su capacidad de asunción de riesgos en 2,4, estos conceptos alejan la figura del emprendedor y del emprendimiento de la gente corriente.

Para colmo, sigue existiendo una creencia brutal y casi inamovible de que para emprender un negocio, para poner en marcha una idea, sea cual sea, es necesario tener mucho dinero; seguimos sin conocer todos los recursos y herramientas de que disponemos, y aquellos que las conocen (y cuyos miedos les parealiza) las guardan en su mochila y las dejan en el fondo de las mismas.

Es aquí donde deseo incluir y proponer un decálogo de características que definen el perfil del emprendedor, pero un perfil que va mucho más allá del misticismo propuesto hasta ahora, que redunda en el conocimiento de uno mismo y de las potencialidaded que nos van a permitir acometer el acto del emprendimiento.

1. Autoconocimiento. Es necesario conocerse a sí mismo, entender el lenguaje de programación que utiliza nuestro cerebro, para así identificar esos miedos y creencias que nos limitan, combatirlas y superarlas. El mayor de los éxitos es una victoria interior.

2. Responsable. Un/a emprendedor/a debe ser consciente de sus actos y conocer y aceptar las consecuencias de los mismos. Responsabilidad es la habilidad de dar respuesta, o como dice Covey, la respuesta interior a una situación o circunstancia exterior.

3. Comprometido. Es decir, cumple las promesas que realiza y, si hay algo que no puede cumplir, no lo promete. Además, comprometido con el entorno en el que se halla, en el que realiza su actividad.

4. Generador/a de confianza. Debe ser capaz de, con sus actos y comportamientos, generar la confianza en aquellos que trabajan con él y en sus clientes; esta confianza surge como consecuencia del respeto. Para generar confianza debemos tener alineados valores y comportamientos.

5. Humilde. Palabra proveniente de "hummus", la parte más fértil de la tierra, de la que mejor provecho se puede extraer. Se suele apostar por la soberbia del emprendedor/a, cuando es precisamente la humildad la que lleva y mantiene el éxito en las buenas ideas. Humildad versus soberbia, ¿qué opinan?

6. Creativo. Para ser un buen creativo hay que trabajar mucho, es decir, hay que parir un hábito creativo a base de trabajo. Todo en la vida supone esfuerzo, y la creatividad no es menos; la inspiración aparece cuando se produce el esfuerzo, pero para ello hay que estar presente en el aquí y el ahora, no en el ayer o el mañana.

7. Comunicador. Con capacidad para catalizar la pasión que siente por lo que hace en un mensaje entendible, tangible y que reporta beneficio para quien lo escucha. Practicar mucho sólo o en público es la única manera de aprender a comunicar, alineando comunicación verbal y no verbal.

8. Con capacidad de aprendizaje. Un emprendedor debe ser capaz de aprender todos aquellos conocimientos, técnicas, herramientas y recursos necesarios para desarrollar su actividad. Más allá, debe ser capaz de desaprender lo aprendido cuando esto último ya no valga, o valga parcialmente para su desempeño profesional, reaprendiendo nuevamente su profesión desde una perspectiva abierta y flexible.

9. Con capacidad de resistencia al éxito y al fracaso. El fracaso es cada día más necesario en el camino del éxito, y hay que entenderlo como una experiencia, que bien reflexionada, se convierte en un aprendizaje. El emprendedor debe entender igualmente que el éxito es fruto de su trabajo, y que si no es consciente de la variable aprendizaje - desaprendizaje - reaprendizaje, puede tornarse en un fracaso a largo plazo. Lo importante, en ambas sotuaciones, es ser consciente, responsable, proactivo y consecuente.

10. Líder ecológico. Entendiendo por ecológico la capacidad del líder que gobierna a un equipo de manera cooperativa, colaboradora, motivadora, delegante y no tóxica; es un liderazgo que va mucho más allá del liderazgo asertivo y que, consecuentemente, logra mayores cotas de productividad y éxito en la gestión de su equipo. Podríamos hablar de él / ella como guía, sherpa.

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